Las 5 grandes virtudes que debe tener un padre rugbier

Padre no hay más que uno, y todos se lo merecen todo. Pero un padre Rugbier reúne estas 5 grandes virtudes que les hace ser un SUPERPADRE:

1. Acompañamiento: Porque muchas veces son los padres los que llevan y traen a los niños a todos los entrenamientos. Incluso cuando se van haciendo mayores. El rugby no es un deporte mayoritario, con lo que en muchos casos, los campos no están en tu barrio o cerca de casa como ocurre en otros deporte. Pero esto a un padre rugbier le da igual, lo hace con gusto y alegría, esté muerto de cansancio por el trabajo o no le apetezca. Sabe que es bueno para su hijo y punto!

2. Aguante: Porque el rugby se juega haga frío o calor, llueve o truene, nieve o el campo esté completamente embarrado…. Hay que estar ahí, viendo a tus hijos con el frío entrándote por los dedos, la lluvia empapándote o el calor sofocante…. ¡A un padre rugbier no le importa! Y cuando sale un día de sol es maravilloso poder disfrutar de todo junto, incluida una caña en el bar mientras disfrutas del espectáculo, ¿o no?

3. Motivación: Porque no siempre las cosas salen bien a la primera y tu hijo necesitará de su padre para que le ayude, le motive, le comprenda y le haga seguir adelante en los momentos duros en los que las cosas no salen tan bien. Un padre rugbier es entrenador, maestro, experiencia,…  y sobre cariño y motivación.

4. Trabajo en equipo: Porque no sólo los niños trabajan en equipo. ¿Y los padres? Es muy importante crear equipo entre los padres de un club. Hay que organizarse para llevar a los niños a los entrenamientos, los viajes, organizar los Terceros tiempos…  Muchas veces se organizan grandes encuentros gastronómicos entre los padres en el mismo campo, pero otras muchas los padres viajan a acompañar a los hijos en sus viajes y partidos. Los padres también crean piña y eso es fantástico. ¡Por eso un padre Rugbier sabe y disfruta trabajando en equipo y …. Se lo transmite a su hijo.

5. Disfrutar de cada momento: Porque el rugby es disfrutar, de cada momento. De cada ensayo, de cada carrera, de cada sonrisa de tu hijo, de cada avance, de cada tropiezo. Que forje y fortalezca a tu hijo tanto como jugador como en su personalidad. Aprendiendo unos valores que ningún otro deporte podrá darle …. ¿Y qué vale más que eso?

Ser padre Rugbier no es fácil… pero sí muy divertido y te da muchas alegrías!!

¡GRACIAS a todos los padres que acompañan, aguantan, motivan, trabajan en equipo y saben disfrutar de cada momento con sus hijos!